Bienvenidos

Les doy la bienvenida a mi pequeño mundo..
Espero sea de su agrado, dejen sus comentarios..
Oma

domingo, 30 de enero de 2011

Corazon Roto

  ‘’Cuando un cristal o un plato se rompe genera sonido de algo rompiéndose. Cuando una ventana se hace añicos, la pata de una mesa se rompe, o se cae un cuadro de la pared hace ruido. Pero cuando tu corazón se rompe, el silencio es total. Es algo tan importante que piensas que su ruptura hará tal ruido que se oirá en todo el mundo, o sonará como un gong o un timbre. Pero simplemente hay silencio y entonces es cuando desearías que hubiese algún sonido que distrajese tu dolor.
Si lo hay, es interno. Es un grito y nadie puede oírlo, solo tú. Es tan alto que tus oídos pitan y tu cabeza duele. Es tan salvaje, como una herida abierta expuesta a agua marina, pero cuando realmente se rompe, solo se oye el silencio. Gritas en tu interior, pero nadie puede oírlo..."
 Si pudieras verme ahora, Cecelia Ahern

La reina en el palacio de las corrientes de aire, Stieg Larsson


- Pero ¿no estás enamorado de ella ni de Erika Berger?
Mikael se encogió de hombros. [...]
- Si amor significa querer mucho a alguien, entonces supongo que estoy enamorado de varias personas -dijo.
- ¿Y ahora de mí?
Mikael asintió. Monica Figuerola frunció el ceño y lo miró.
- ¿Te molesta? -preguntó Mikael.
- ¿Que hayas traído a otras mujeres antes? No. Pero me molesta no saber muy bien qué es lo que está pasando entre nosotros. Y no creo que pueda mantener una relación con un hombre que va por ahí tirándose a quien le da la gana...
- No pienso pedir disculpas por mi vida.
- Y yo supongo que en cierto modo me gustas porque eres como eres. Me gusta acostarme contigo porque no hay malos rollos ni complicaciones y me siento segura. Pero todo esto empezó porque cedí a un impulso loco. No me ocurre muy a menudo y no lo tenía planeado. Y ahora hemos llegado a esa fase en la que yo soy una de las mujeres que traes aquí.
Mikael permaneció callado un instante.
- No estabas obligada a venir.
- Sí. Tenía que venir. Joder, Mikael...
- Ya lo sé.
- ¡Qué desdichada soy! No quiero enamorarme de ti. Me va a doler demasiado cuando termine.
- Esta casita la heredé cuando[...] Aparte de unos cuantos conocidos ocasionales a principio de los años ochenta, son exactamente cinco las chicas que han estado aquí antes que tú. [...] Son unas circustancias un poco especiales.
- ¿Ah, sí?
- Tengo esta casita para escaparme de la ciudad y estar tranquilo. Casi siempre vengo solo. Leo libros, escribo y me relajo sentado en el muelle mirando los barcos. No se trata del secreto nido de amor de un soltero.
[...]
- No pienso prometerte nada -dijo. Mi matrimonio se rompió porque Erika y yo no podíamos mantenernos alejador el uno del otro. Been there, done that, got the t-shirt.
Llenó las copas.
- Pero tú eres la persona más interesante que he conocido en mucho tiempo. Es como si nuestra relación hubiese ido a toda máquina desde el primer día. Creo que me gustas desde que te vi en mi escalera, cuando fuíste a buscarme. Más de una vez, de las pocas que he ido a dormir a mi casa desde entonces, me he despertado en plena noche con ganas de hacerte el amor. No sé si lo que quiero es una relación estable pero me da un miedo enorme perderte.
Mikael la miró.
- Así que... ¿qué quieres que hagamos?
- Habrá que pararse a pensarlo -dijo Monica Figuerola-. Yo también me siento tremendamente atraída por ti.
- Esto empieza a ponerse serio -contestó Mikael.

Luis Alberto de Cuenca. El hacha y la rosa.

Me gustas cuando dices tonterías, cuando metes la pata, cuando mientes, cuando te vas de compras con tu madre 
y llego tarde al cine por tu culpa. Me gustas más cuando es mi cumpleaños  y me cubres de besos y de tartas, 
o cuando eres feliz y se te nota, o cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes (tu risa es una ducha en el infierno), o cuando me perdonas un olvido. Pero aún me gustas más, tanto que casi no puedo resistir lo que me gustas, cuando, llena de vida, te despiertas y lo primero que haces es decirme: 
«Tengo un hambre feroz esta mañana. Voy a empezar contigo el desayuno».